quarta-feira, 3 de fevereiro de 2010
A Zenón le preguntaron por la dialéctica: enseñó su firme puño cerrado; luego le preguntaron por la retórica, y entonces extendió la palma de la mano. Es una buena figura. Humor estoico. Mi gusto por las frases/ sintagmas nominales: el mono de Mühsam, la vaca de Gombrowicz, el porquero de Agamenón y la internacional situacionista, uniendo nombres propios, refiriendo, sí, acontecimientos (porque es eso, es eso) pese a no utilizar infinitivos, verbos, de algún modo se corresponde con mi amor, como era aquello, por el MINERAL PURO, PIEDRA CTÓNICA, TERRÓN DE AZÚCAR...esto es, TIPOS. Inocular tipos en una superficie (¿pero puede ser otra que la vida?) desbaratando el pseudoequilibrio de las facultades y su ordenamiento representativo. No a la armonía pre-establecida: intuición, entendimiento, razón, imaginación, gravitando en torno al sujeto trascendental, al idYOta. Se trata del SÍMBOLO. Una simbología es una tipología en un grado jamás visto. Algo que da que pensar atrayendo todo el aire en derredor sin dejar de convertirlo a su vez en pensamiento. Tener que pensar volviéndose pensamiento, volverse pensamiento para poder pensar. Ya lo decía en griego el ya no griego: HENKAIPAN.
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